Y cerramos 2012
Parte de un post colectivo en Econstuff
Max ha comentado arriba que somos optimistas por naturaleza. Me gustaría discutirlo y afirmar que de hecho, somos unos pesimistas natos como menciona Matt Ridley en su libro The Rational Optimist
Pero una cosa es tratar de ser optimista y otra es vendarse los ojos y no querer ver la realidad.
Si algo bueno ha traído la crisis es que ahora parecemos habernos dado cuenta de que todos estamos interconectados, de que lo que se decida u ocurra en un país puede afectar al mundo entero. Vivimos pendientes de la economía y la política, los dos temas estrella desde que empezó todo esto, y en principio un voto útil debe partir de la comprensión de los temas sobre los que se delibera, si bien siendo realistas, afirmar que la teoría económica vaya a condicionar el voto de las próximas elecciones se antoja utópico, ya que realmente las grandes masas – esas que determinan quién gana unas elecciones, y que no están representadas en la tuitosfera de un interesado por temas económicos – siguen retiecentes a entender la realidad más allá de las explicaciones enlatadas del político de turno. Aparentemente, es racional ser ignorante, que diría Caplan. Si el debate político se basase en datos, en ciencia y evidencias y no en ideologías y populismo, seríamos una sociedad mucho más próspera.
2012 ha sido en España el año de las Rajoyadas: de subidas nórdicas de impuestos (¿Queda alguno por subir?*), de reformas no explicadas, de cada vez mayores rescates a bancos, de buenas ideas que no se han llevado a cabo y tristemente, de cada vez más paro. El único dato aparentemente positivo es un repunte de nuestras exportaciones, que de todas formas se antoja insuficiente para sacarnos de la recesión el año próximo, que previsiblemente será peor en lo económico que este, acercándonos inexorablemente al default.
En EEUU la situación no es para menos: El llamado fiscal cliff y sus efectos estarán sin duda en boca de todos el primer mes del año próximo, siempre y cuando hoy mismo no se logre un pacto para evitarlo. China, si bien crece a tasas que ya querríamos para nosotros, quizá no tenga fundamentos tan sólidos como pensemos .
¿Cómo ser optimista ante esto? 2013 se antoja peor que 2012. De ahí en adelante dependeremos de las decisiones que se tomen en el año. Una posibilidad es que Rajoy baje de la nube y se pase por el INE para comprobar que su política no está siendo todo lo beneficiosa que podría ser y cambie de rumbo. Cosa improbable. La otra, es pensar en que a largo plazo (La cuestión es a qué largo plazo) la crisis debe solucionarse de alguna manera. Esta no es la primera crisis que acontece en el mundo moderno pero quizás sí la más compleja de entender y solucionar.
No obstante ya hay países que han resuelto sus problemas y vuelven a crecer. Sería interesante ver cómo e importar sus métodos a España.
(*) Sí, aún quedan gravámenes por subir
¡Feliz Año Nuevo!