(Artículo original de Gabriel Colominas en http://www.liberal.cat/economia/la-impossibilitat-de-la-privatitzacio-del-transport-public/ ) [En catalán]

Procedo a comentar el artículo párrafo a párrafo, traducido por google :P

Cada mañana cuando vamos al trabajo, a la universidad, o nos desplazamos una distancia medianamente larga, si no lo hacemos con vehículo propio, debemos recurrir al transporte público. El sector público del transporte es un sector ineficiente y terriblemente subvencionado. Cada año debe recibir transferencias desde los presupuestos generales para poder tapar todas las pérdidas que tiene.

Contrariamente a lo que se pueda pensar, este sector es un monopolio estatal y no natural, este tipo de monopolio no existe. Tal y como decía Mises: "Los monopolios no surgen por una tendencia innata del mercado, sino por la intromisión del Estado en contra del libre mercado". El ejemplo del transporte es totalmente evidente, y se plasma cuando observamos el proceso de creación y crecimiento de éste.

Determinamos primero los ejemplos que estudiaremos: los transportes metropolitanos de Barcelona, ​​los cuales incluyen la red de metro, el tranvía y la red de autobuses y por el otro lado la red de tren y de cercanías. Todo ellos son monopolios estatales difíciles de privatizar, pero vamos paso a paso. La utilización de recursos de titularidad pública es lo que impide la privatización de estos servicios.

De acuerdo con todo.

La red de metro está planteada y construida en el subsuelo de la ciudad de Barcelona, ​​que pertenece a la administración pública. El metro es imposible de privatizar porque pasaría a ser un monopolio estatal a un monopolio privado que podría subir los precios por falta de competencia. Como nadie tiene la posibilidad de comprar el subsuelo y construir nuevas líneas de metro que compitan con las actuales, el sector no se puede liberalizar, y en consecuencia su privatización coherente sería prácticamente imposible. El caso del tranvía se parece.Construido sobre las calles, todos también de titularidad pública, es imposible que nadie se dedique a comprar partes de la Diagonal para hacer un tranvía alternativo. El último caso similar a los dos anteriores a los que hemos visto es el de la red de autobuses. Este caso parece mucho más cercano a la liberalización y posterior privatización. Lo que debemos plantearnos es si es posible la competencia en esta parte del sector transportes, de nuevo nos topamos con la titularidad pública de las vías que las empresas de autobuses urbanos deberían utilizar para crear paradas. Es imposible determinar a quién dejamos poner una parada en un lugar público sin discriminar otras empresas que quieran ofrecer el mismo servicio.

Es un razonamiento que yo he hecho muchas veces: convertir un monopolio público en privado no arregla nada: seguiría sin estar sujeto a la competencia del libre mercado.Pero no estoy de acuerdo con que sea imposible privatizarlo: tal cosa es sólo cierta si no se permite a varias empresas construir metros o tranvías, es decir, que para privatizarlo habría que liberalizar el subsuelo. En caso contrario, estoy de acuerdo con Gabriel. En el caso de los autobuses, se podría hacer como se hizo en Londres, donde su sistema de autobuses fue privatizado con gran éxito con un sistema de concesiones por línea. (Aunque evidentemente lo ideal sería que el sector privado decida las líneas y dónde colocar las paradas; tal cosa podría negociarlas pagando un canon al propietario de la carretera, que hoy por hoy es el Estado, y así tendríamos un sistema de autobuses con paradas y rutas decididas libremente)

La red de tren y cercanías es un ejemplo un poco diferente, es claro que hoy por hoy no se puede privatizar para evitar un poderoso monopolio derivado de la acción estatal, pero ya hay algunas propuestas, como ésta que recoge el blog salmón que parece podría llevarnos a liberalizar y privatizar el sector ferroviario.

En EEUU está mayormente privatizado, y es altamente eficiente en comparación con la ineficiencia RENFEril. La cuestión es cómo hacerlo. Podrían sacarse a subasta tramos individuales de vía, y paralelamente, liberalizar el suelo para facilitar la construcción de infraestructura adicional. (Quizá hubiese incluso que desmontar una vía férrea e instalarla en otra parte). Al principio, quizá habría un parón hasta que las empresas se pusiesen de acuerdo, pero a largo, alcanzarán un equilibrio competitivo.

Si la red de calles de las ciudades fuera privatizada (una idea a primera vista utópica, y aún por estudiar y desarrollar) se podrían privatizar totalmente el tranvía, los autobuses y la red de tren y cercanías. De hecho, la red de tren y cercanías habría podido desarrollar libremente y en competencia si el Estado no hubiera intervenido.Imaginemos un Estado donde la mayoría terrenos son propiedad privada. Una empresa podría proponer implantar el ferrocarril entre dos puntos. Sabemos que el proceso de construcción de este sería muy lento, ya que deberían ir comprando los terrenos del recorrido y muchas veces no habría disponibilidad de vender por parte de los propietarios, pero así no se incurriría en costes excesivos, ni injustas expropiaciones (totalmente injustificables en la mayoría de casos). El coste sería el más eficiente, habría competencia entre diferentes empresas ferroviarias y bajarían los precios. Además no sería necesario que se subvencionara el sector y nos ahorraríamos un montón de dinero del erario público.

Yeah. Me gustaría señalar el ejemplo de Great Northern Railway , que fue construida exactamente así, comprando tierras poco a poco, sin expropiaciones.

Un mercado libre nunca habría elegido las costosas y deficitarias opciones que ha planificado el Estado para los transportes. Quizá nuestro sector de transportes sería similar, pero tendríamos paradas y líneas privadas de autobuses, lo mismo con los ferrocarriles. Difícilmente tendríamos un metro o empresas (ahora públicas) con pérdidas perpetuas. Pero seguro que no tendríamos ningún monopolio operando, ya que éste no son consecuencia de una tendencia innata del mercado. Pero, por desgracia, la intromisión del Estado no ha permitido que el mercado nos diera soluciones más eficientes a las del mercado, y una privatización efectiva ahora parece imposible.

Maybe. Algunas de las líneas de metro, trenes y buses (especialmente de estas últimas) son rentables. El otro día precisamente estaba hablando con un amigo sobre cómo hacer rentable el metro y se nos ocurrieron algunas ideas (como más publicidad, y apagar parte de las luces cuando no sean necesarias. Derrocha por todos lados).

La reflexión final: que parece imposible de privatizar ciertos sectores, la comparto. Parece. Si privatizamos hoy de una tacada metro, buses o hasta la sanidad pública, pues tendríamos un caos bastante poco apetecible. De hacerse, tendría que llevarse a cabo de forma progresiva y gradual, tratando de introducir elementos de mercado poco a poco. Es una paradoja (Llamémoslo la Paradoja de Artir ;P ): Dar libertad, en presencia de coacción, inicialmente puede , en ciertos casos, empeorar la situación a corto plazo. Otros ejemplos son los taxis (Liberalizarlos de un día para otro significaría destrozar la vida a todos los taxistas que aún no han amortizado sus licencias. O la educación: Por un lado la ley dificulta la existencia de alternativas (con otros currículum, homeschooling, o con instalaciones no reguladas), y por otro, el mercado no provee educación de bajo coste porque no hay demanda para ello, como en el caso de la sanidad: es un mercado copado por una empresa que vende a coste cero: el Estado.

En resumen, si queremos privatizar ciertos servicios, debemos hacerlo de forma progresiva. No sólo hay que atender al largo plazo (o régimen permamente), sino también al corto plazo (o régimen transitorio) y las posibles consecuencias negativas que puedan producirse con el cambio a un modelo más libre.