República, Monarquía y el olor de la mierda.
Esto debería haberlo escrito ayer, por ser el aniversario de la II República Española, pero bueno, el mensaje es el mismo: A día de hoy hay gente clamando por una Tercera República, jóvenes en su mayoría. Me he fijado en que muchos de éstos republicanos ven la república como un idílica utopía platónica, en la que no hay corrupción, el estado es federal, todo es más democrático, la economía es pujante y del cielo llueven gominolas. Pues lamento decirle a _esos_ republicanos que el carácter principal que separa, sobre el papel, a la España actual, es la existencia de un Monarca, en lugar de un Primer Ministro. Punto. Ese es el único punto debatible en la argumentación pro o contrarepublicana. Lo trataré después por aquello de lo mejor para el final. Si cambiamos a Juan Carlos, por digamos, cualquier político electo, estamos en las mismas. La gente se queja de que "tienen una familia que mantener: la del Rey". ¿Y la de los diputados?¿Funcionarios y otro personal que cobre del estado?. Curiosamente no se quejan del sueldo y privilegios sociales de los que gozan los diputados, muchos de los cuales trabajan menos que los del tan criticado Rey. Es cierto que la Casa del Rey tiene una asignación importante, cuyos detalles pueden verse aquí http://www.casareal.es/laCasa/laCasa-ides-idweb.html (Unos 8,5 millones de euros este año) Ha de notarse que ese dinero no entra al bolsillo de Juan Carlos, sino que sirve para pagar a los empleados de la Casa. Nótese también que pagan impuestos, como -casi- todos los españoles. Nótese también que la Presidencia de la República Italiana tiene asignados 235 millones de euros y el de la Portuguesa, 18,3 millones de euros. En Francia, 112 millones. En Alemania, asciende a 20 millones de euros. Y por comparar con otra Monarquía, la Inglesa, ésta tiene asignados casi 50 millones de euros. Nótese, pues, que el argumento del coste no es razón para pedir una República. Se puede argumentar también que la asignación del salario de la Casa Real es opaca, y yo estaría a favor, en pos de la claridad, a que se detallase en qué se gasta y también podría argumentarse que se podría imponer por ley un techo de gastos a la hipotética Presidencia de la República Española, pero lo mismo podría hacerse para la Casa Real, e incluso así, es probable que el coste de un Monarca contra el de un Presidente y sus asesores, sea similar. Otro argumento que suelen emplear estos republicanos es que "el Rey no trabaja". Trabajará tanto como François Fillon (el Primer Ministro de Francia o como el Presidente de Alemania, Christian Wulff. Representar al Estado, ratificar leyes y el etecé que les asigna la Constitución. Una República seguiría teniendo a los mismos políticos y el mismo sistema partitocrático que mucha gente critica. Se puede perfectamente federalizar españa, o renovar el sistema político, o cualquier clase de reforma, sin que ello implique renombrar Reino de España a República Española. El argumento válido para atacar la existencia de un Rey de España es la posición hereditaria y no electa del cargo, con privilegios igualmente hereditarios. Si se opina que debería ser de otra manera, pues es una posición respetable y la acepto. Antes de pensar en una República, pensemos en la Educación y su calidad, pensemos en nuestra economía aletargada e ineficiente, en nuestros cargos políticos corruptos y con duplicación de competencias, y finalmente, en el sistema partitocrático que tenemos, que limita tu elección a paquetes cerrados y prefijados de opiniones. Aún con iniciativas como #nolesvotes, estamos en las mismas: en votar a paquetes cerrados de opinión. No podemos votar a un candidato específico que nos interese. La democracia americana, igualmente imperfecta, hace mejor su trabajo y allí no es cuestión de un saco oscuro, de dentro del cual saldrá un presidente, sino de un candidato: el presidente, que formará su gobierno, justo al revés. Lo ideal sería una democracia más participativa, más cercana a la antigua democracia directa ateniense, da igual si consiste en votar nosotros mismos en el congreso vía internet, o máquinas electrónicas de votación en colegios electorales para participar en las votaciones, o incluso poder remitir nuestras propuestas al congreso y que se debatan. Muchas cosas se pueden hacer, pero habrían de hacerse bien: no nos interesa una democracia que pueda ser hackeada. Por desgracia el sistema está hecho por políticos para políticos y cambiarlo es difícil. Cambiarlo requeriría ganar por mayoría absoluta las elecciones y hacer los cambios entonces. Muchos intentan, creo que de forma equivocada, reivindicar cambios manifestándose o llamando a la revolución y ésto en un sistema democrático moderno es muy difícil por no decir casi imposible de lograr. No vas a movilizar a una masa de gente que puede comer y divertirse. (panem et circensem, como bien sabían los romanos). Esto -aún-no es la Alemania del 36 o la Rusia del 17\. Salvo que la situación empeore a tales extremos, todo esto no va a funcionar. Mirad si no la Ley Sinde, aprobada en contra de la opinión de la mayoría de los españoles, tachada por muchos de anticonstitucional, pero claro, quien ha de dictar sentencia oficial sobre el asunto sería el TC, y el TC, como gran parte de la Justicia, está politizada. La Revolución, si ha de haberla, ha de partir desde arriba, se ha de conquistar el poder dentro del propio sistema. Es más eficiente que presionar a los políticos, para que implementen medidas mal hechas, de mala gana. Por opino que la juventud española ha de dejarse de manifestaciones inútiles, sindicalismos y demás y esforzarse en formarse. Si se quieren hacer las cosas, han de hacerse bien. Formación de un partido político, victoria y cambio. Si uno de estos jóvenes formados llega algún día a una posición de poder, hará bien en recordar los ideales de cambio y mejora, y aprovechar para poner en marcha esta revolución desde arriba y no acomodarse en su poltrona. Como quiera que sea, España está plagada de problemas en éste momento. La cuestión de si el jefe de Estado ha de ser o no un Rey ha de ser votada en referéndum, pero no es una prioridad. El resultado es irrelevante para el estado del país. Primero hemos de preocuparnos de otros asuntos. La República no es una panacea. Es la misma mierda con distinto olor. Limpiemos la mierda y con el suelo limpio, decidamos cómo llamar al Estado. José Luis Ricón Fernández de la Puente.
Comments from WordPress
- Guest 2011-06-21T12:06:51Z
Me ha encantado tu artículo. Muy acertado y cercano a la realidad. Más de uno debería leérselo para darse cuenta de cómo funcionan las cosas y qué hay que hacer para solucionarlas.