[1] No es mi propósito aquí definir de forma precisa qué es el liberalismo o qué es o no es un liberal, ni defender ni criticar ninguna corriente liberal en particular [4.1] . Simplemente afirmo que hay ramas del liberalismo que están en contra de ciertos servicios públicos, y plantear desde la ética manifestada por estos liberales si sus acciones son o no hipócritas. Es a estos liberales a los que me refiero. Para una introducción al pensamiento liberal moderno, uno puede acudir a Libertarianism: What everyone Needs to Know. Es una lectura que recomiendo incluso a los propios liberales. El liberalismo y la ética liberal no son Rothbard, Hoppe y Rand.

[2] Nuevamente, no se presupone que la ética liberal sea cierta, sino que se asume que un liberal cree que lo es. 

[3] Salvo quizás, si uno fuese un Objetivista que siga a Ayn Rand. Pero la mayoría de liberales no siguen a Ayn Rand y en el ámbito académico liberal el Objetivismo randiano apenas tiene presencia. Para una crítica de la filosofía de Ayn Rand véase Why I am not an ObjectivistCritique of The Objectivist Ethics o Rand, Egoism and Rights. Un Objetivista podría intentar salvar esta objeción diciendo que realmente el filántropo hace eso para sentirse enormemente bien y que por tanto es un acto de egoísmo y no de altruismo.

[4] En función del tipo de liberal, la cantidad de impuestos que no son legítimos podría ser o no nula. Nozick en Anarchy, State and Utopia ve como legítimos los impuestos necesarios para sostener un Estado que provea policía, defensa y tribunales. Rallo en Una Revolución liberal para España afirma que el Estado debería tener un peso del 5% del PIB, como mucho. Otros liberales ven legítima la existencia de cierto Estado del Bienestar, o su sustitución por una renta mínima para aquellos más desfavorecidos (el caso de Hayek o Milton Friedman). Michael Huemer, en The Problem of Political Authority llega a concluir, a partir de premisas que la mayoría de gente comparte, que todos o casi todos los impuestos y regulaciones no son legítimos. El libro de Huemer mola muchísimo y deberíais comprarlo todos, sabedlo.

[4.1] Cuando dije aquí me refería al artículo. Uno podría entender la nota [3] como una crítica a Rand. Podría ser. En cualquier caso la nota no es parte del 'aquí' al que se refiere la primera nota.

[5] A día de hoy en filosofía política el argumento de "Si no te gustan los impuestos vete del país" se encuentra refutado. Véase el anterior libro de Michael Huemer. La opinión de consenso en filosofía política es que el ciudadano no tiene el deber de obedecer la ley porque sea la ley, y que la autoridad estatal requiere una justificación. La razón por la que los impuestos estarían justificados (si los liberales no tuviesen razón) no sería que uno acepta voluntariamente pagarlos al estar en el país, sino que una teoría de la justicia (La de John Rawls, por ejemplo) requiera el pago de esos impuestos como requisito para una sociedad justa. Desde una teoría de la justicia así, podría argumentarse que los impuestos no son un robo, sino que es dinero que pertenece legítimamente al Estado en concepto de servicios prestados. La redistribución estatal de riqueza no supondría un problema, ya que de entrada la extracción de renta no supondría ningún problema ético, como argumentan Nagel y Murphy en The Myth of Ownership. Para una respuesta liberal a este segundo argumento véase Is Wealth Redistribution a Rights Violation?

[6]  El texto en cuestión, si bien se emplea en otro contexto, es el que sigue. Es una situación donde todo el mundo estaría explotando a todo el mundo, e identificar exactamente qué le debes a cada persona individual - y pagárselo - se convierte en prohibitivamente costoso. Por tanto, a la hora de extraer restitución puede exigírsele al Estado en lugar de a cada uno de los ciudadanos individuales que apoyan el cobro de impuestos.

If other people are trying to exploit me through voting, should I be permitted to exploit them back in turn? My response is that being exploited by others may sometimes excuse certain kinds of rent-seeking behavior, but it does not normally excuse bad voting.

Here is a case where it does work. Suppose you go to the king and ask him to give you five of my sheep. Suppose the king’s men are careless, so they accidently kill one of my sheep as they seize five others. You get five sheep, but I am out six. After you have done this, it seems morally excusable for me to ask the king to take some of your goats and given them to me. After all, you should not have taken my sheep, and you owe me compensation. If I refrain from asking the king to exploit you back in turn, I suffer a major loss, and I had no moral reason to endure this loss. You, not I, started the pattern of exploitation. I am not trying to exploit you. I am just seeking rectification.

[...]

Or consider Hobbes’s state of nature. In the state of nature, everyone continually makes war with each other. Even if participating in the system of mutual violence repulses me, I cannot afford not to participate. If I refrain from violence, I will be killed, and no one will be saved in the process.

[7] Salvo, naturalmente, en ocupaciones que sean intrínsecamente malas según su propia ética liberal. Uno no podría ser un liberal y ser inspector de Hacienda[7.1], o un policía que trabaje en la brigada antidrogas, pero sí podría ser un taxista, un médico que trabaje en la seguridad social o un profesor que enseñe en una universidad pública.

[7.1] Una interesante discusión de esta clase de dilemas puede encontrarse en el capítulo séptimo del libro citado de Huemer.

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