Recientemente la no-alcaldesa de Madrid, Esperanza Aguirre, tuiteó lo siguiente:

En Madrid estará permitido todo lo que no esté prohibido. https://twitter.com/EsperanzAguirre/status/596296675863470080

Lo que fue motivo de numerosas burlas en twitter, y en algún diario.

Ciertamente, parece una afirmación tautológica, los conjuntos de lo prohibido y lo permitido parecen disjuntos y cubren todo el espacio de posibilidades y si una cosa no es lo uno, es lo otro.

Sin embargo, el mensaje que seguramente quiso transmitir hubiese sido más claro formulado de la siguiente manera: "Todo lo que no esté explícitamente prohibido está permitido". No parece que cambie gran cosa, pero la diferencia es sustancial. Observad los dos siguientes mundos hipotéticos:

Mundo 1: Apareces de repente en medio de un prado. En tus manos tienes el manual de instrucciones de ese mundo. Las acciones que puedes llevar a cabo son: caminar (Siempre que cada dos pasos hacia delante des uno hacia detrás), respirar (sin límite de cantidad inhalada) y comer (sólo en ciertos puntos establecidos). No puedes hacer nada más.

Mundo 2: Apareces de repente en medio de un prado. En tus manos tienes el manual de instrucciones de ese mundo. Pero esta vez, la lista contiene acciones que no puedes hacer, pongamos que no puedes caminar dando dos pasos hacia delante y uno hacia atrás, no puedes dejar de respirar, y no puedes comer en determinados sitios. De resto, puedes hacer lo que quieras.

El Mundo 1 corresponde a un mundo donde lo que no está explícitamente permitido está prohibido, mientras que el Mundo 2 corresponde a un mundo donde lo que no está explícitamente prohibido está permitido. Este segundo es compatible con la noción ampliamente compartida de presunción de libertad (Uno puede hacer lo que quiera salvo que se den razones para lo contrario, en lugar de tener uno que justificar cada acción según la lleva a cabo), y el primer mundo no.

En términos más prácticos, por poner un ejemplo desde el punto de vista regulatorio, en el pasado, el mecanismo de regulación era el siguiente: El fabricante fabricaba su producto, lo llevaba ante técnicos del Ministerio correspondiente, éste era homologado y el producto podía ponerse en venta. Por así decirlo, existía una presunción de culpabilidad: era el fabricante quien tenía que demostrar que el producto era seguro. Ahora, tras la entrada en vigor del llamado Nuevo Enfoqueen la UE, el proceso es al contrario: el fabricante pone el producto en el mercado (con el marcado CE), pudiendo hacer lo que quiera siemple que cumpla con unos requisitos mínimos (pero no tecnológicos, no dicen cómo cumplirlos exactamente) fijados por Directivas europeas. Se convierte en papel del Estado demostrar que el producto no es seguro, o se pasa a una presunción de inocencia frente a la anterior de culpabilidad. (Sí, si veis un marcado CE en algo, significa en muchos casos que el fabricante se lo ha puesto porque él considera que es seguro, aunque sí debe de haber hecho un análisis de seguridad que justifique el marcado, y que deberá estar disponible si se le pide. No ha sido revisado directamente por técnicos del Estado o la UE. En otros casos, un organismo notificado como AENOR o alguno de los muchos que existen es necesario para tener el marcado CE).

En tanto el Mundo 2 nos parece más apetecible que el Mundo 1 para vivir, no es una trivialidad cómo plantear las presunciones a la hora de prohibir o permitir.

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  • antiliberal antiliberal 2015-08-26T13:17:48Z

    Lo permitido y lo prohibido no agota el campo. También existe lo posible (o mejor composible) y por tanto, lo que no puede prohibirse o permitirse (porque está más allá de la operatoriedad de los sujetos).

    (Kognar)